Ahora que se acerca el otoño en el hemisferio norte, y con ello la recolección de setas para su consumo, consideramos que es muy necesario adquirir los conocimientos micológicos suficientes para saber distinguir a la perfección las setas comestibles de las tóxicas o venenosas y tomar las precauciones debidas en la recolección de estas setas u hongos, para evitar intoxicaciones y envenenamientos por la ingestión de varias especies que llegan a producir incluso la muerte. Ante la duda o inseguridad del conocimiento de la especie, siempre es mejor descharlas que correr riesgos imnecesarios.
Hoy vamos a comentar la más peligrosa de ellas, la Amanita phalloides.
Esta seta es muy común común en todas las regiones de clima templado del hemisferio norte. La Oronja Verde es nativa de Europa, donde esta muy extendida. Se encuentra en las regiones meridionales, como la península de los Balcanes, Italia, España, Marruecos, Argelia y el norte de África, en las regiones costeras del sur de Escandinavia, en el norte de Irlanda, Polonia, Rusia Australia, Nueva Zelanda, Norteámerica. La Amanita phalloides se ha extendido a países del hemisferio sur con la importación de maderas. La introducción del Roble en Australia y América del Sur parece haber sido el factor de diseminación en dichos lugares, encontrándose en Melbourne, Canberra, Uruguay, Argentina y Chile, siempre asociadas a castaños, abedules y hayas y principalmente a encinares, alcornocales y robledales.
Es la seta que ha producido más casos de muerte, por lo que su conocimiento por parte de los buscadores de setas es muy importante. Produce una intoxicación de largo periodo de latencia: de 6 a 12 horas, hasta que aparecen los primeros síntomas, lo que hace que en ese momento ya exista un daño en órganos vitales tales como el hígado y el riñón. Por ello es fundamental acudir a un hospital con la mayor urgencia.
Es importantísimo conocer e identificar claramente esta especie, ya que es la causante del 90% de los fallecimientos por ingestión de setas. Tan tóxica es, que el consumo de un solo ejemplar puede matar en muy corto plazo a una persona adulta, por lo que se recomienda que todo recolector de de setas se informe en asociaciones micológicas, para que le informen debidamente, y poderlas consumir sin correr riesgo alguno.
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