Graciano Palomo, de biógrafo autorizado a crítico clarificador de Aznar y “sus mamoncetes”
“Cuando ‘papi’ estaba en la Moncloa, Agag hacía planes para esquilmar a los españoles por una larga temporada”
C.G.
Ha vuelto Graciano Palomo, colaborador habitual de El Plural, a hacer un análisis, con color, del ex presidente Aznar y los que llama “sus mamoncetes” oficiales. Nadie como el reconocido periodista y analista político para revelar los intríngulis del personaje. Cuatro libros sobre él y el PP le validan como un biógrafo de solvencia indiscutible.
En el mismo tono en el que escribió en El Plural un análisis sobre los "lobeznos de la camada aznarista", Graciano Palomo firma, ahora, En Extra Confidencial.com, un artículo titulado “Los abdominales ‘engrasaos’ de Aznar/Agag”. Duro, contundente, pero muy clarificador. “El ex presidente Aznar –dice Palomo- se está quedando ya sin ‘mamoncetes’ oficiales que le bailen el agua de antaño. Lógico es, porque ya no tiene la caja pública para pagar favores. Ni siquiera le hacen caso ya los deudos de antaño. Se ha convertido en un señor acaudalado que dedica su tiempo a ejercitar sus abdominales porque, al fin y a la postre, tiene la luz y el gas pagados por todos los españoles y de cuando en vez acude a algún Consejo de Administración de Murdoch muy bien remunerado".
Doña Botella
"Pero, qué demonio,-continúa Palomo- doña Botella tiene coche oficial, aparato administrativo pagado por los madrileños, sueldos magníficos, gastos de representación, peluquería gratis y lo que a José María Aznar se le quitó a ella se lo dio Ruiz-Gallardón”.
De "halcón" a "señor acaudalado"
Han pasado 20 años desde que Graciano Palomo, colaborador de El Plural, se fijó en la figura del ex presidente de los populares. Y veinte años, contrario a lo que dice el tango de Gardel, son muchos años; suficientes para que el joven “halcón” se convirtiera en “el señor acaudalado”. En “El vuelo del halcón: José María Aznar y la aventura de la derecha española”, de 1990, la primera biografía autorizada el ex gobernante, Palomo hizo su homenaje a un hombre cuya existencia pasaba aún desapercibida para la gran mayoría de los españoles. Luego vino el premonitorio “El túnel: la larga marcha de José María Aznar y la derecha hacia el poder”, en 1993. Como una sombra pegada al PP, después de mucho recoger y cavilar, nos entregó, en 2006, “De Aznar a Rajoy. La maldición de Casandra. Los secretos de la derecha española”. Y en 2008, "Rumbo a lo desconocido", un análisis del PP del momento, "el mejor partido popular europeo", según el autor.
En el centro de la derecha
Palomo ha ofrecido su opinión siempre desde una ideología de centro derecha, identificada con el PP. En el Foro La Región, celebrado el año pasado, en su conferencia “Mejor España en la encrucijada” el periodista confesó que “el Partido Popular es la fuerza sobre la que hay que construir alternativas”. Postura política que había confirmado ya en una respuesta a uno de los lectores de Hispanidad.com que le tildaba de socialista mediático, y en la que explicaba que “los que me conocen habrán soltado una carcajada colosal” al escuchar lo de “socialista”.
"Cuando papi..."
En su columna en Extra Confidencial.com, publicada este 11 de septiembre último, Graciano Palomo, sin embargo, sigue el derrotero iniciado en su libro “De Aznar a Rajoy” y ofrece una dura crítica del ex presidente y su entorno, hasta llegar al meollo del llamado Clan Becerril. “Hace unos años cuando ‘papi’ estaba en la Moncloa luciendo gemelitos, rodeado de sus edecanes pelotas y repugnantes como Carlitos Aragonés, el tartaja de Alfredo Timermans/Fabra y otros especímenes de esa misma fauna, y ‘mami’ en el vestidor, éste [Alejandro Agag] y otros sujetitos montaron el ‘Clan de Becerril’ e hicieron planes para esquilmar a los españoles por una larga temporada. Andaban por allí, un tal Correa y “El Bigotes”, entre otros”.
El chico de Cunef
Graciano Palomo, en su artículo, dice claramente que “nadie puede comprender que Correa y El Bigotes (los de la boda y Gabana) estén en el trullo y el chico de Cunef tenga escudería propia y se pasee por todos los circuitos de F1 con Anita Aznar Botella como gran princesa…de El Escorial”.
Aznar y el hombre de Cro
El “comisionista” de lujo, Alejandro Agag, -escribe Palomo- “tiene una gran residencia en Londres y de paso toma el té con otro de su misma camada, un tal Juan Villalonga, el hombre de Cro, que se llevó pasta que no le correspondía a montones”. Villalonga, ese personaje que en 2006 intentó negar el mismísimo Aznar en una entrevista concedida a Graciano Palomo, en la que afirmó : "Yo nunca fui partidario de nombrar a Juan Villalonga como presidente de Telefónica". -¿Cómo dice, señor presidente, me lo puede repetir, por favor?", le preguntó asombrado el periodista. Y Aznar le repitió la misma frase con descomunal descaro, como si no fuera de dominio nacional su íntima amistad con Villalonga.
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