Cuando era niño solía rezar cada noche pidiendo una bicicleta. Ni en la época de los Reyes Magos se cumplían mis sueños.
Luego comprendí que dios no funcionaba así,
de manera que robé una y le pedí a él que me perdonara.
No se como estará el tema, si dios me perdonó, o el dueño de la bici me seguirá buscando, aunque me huelo que ni lo uno ni lo otro.
La verdad es que yo ya dejé de rezar hace tiempo, de creer en dios, y me propuse disfrutar todos los días de mi efímera vida.
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